Las 11 mejores cosas que hacer en Berna
Hoy visitamos Berna, la capital de Suiza. Su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humaninidad por la Unesco. Bañada por el río Aare, la ciudad fundada en el siglo XII por el duque Berchtold V, que tras vencer a un oso nombró la ciudad Bern (Bär es oso en alemán). Dicho oso quedó como símbolo de la ciudad. Lo podemos ver tanto en los escudos como en el Parque de los Osos (Bärengraben).
Vamos ya con 11 de las mejores cosas que hacer y ver en Berna:
Las fuentes de la ciudad
El elemento más característico de la ciudad, después del oso y quizás el reloj astronómico, son sus fuentes. La ciudad cuenta con más de 100 fuentes, siendo algunas de ellas de mediados del siglo XVI. Las fuentes demostraban el poderío burgués de la época, además de servir como punto de encuentro y suministrar agua potable a la población. En el sótano de la Cancillería se encuentra la cisterna más antigua de la ciudad, Lenbrunnen, pero solo se puede visitar a través de una visita guiada. Nosotros no pudimos verla, pero queda apuntado para la próxima vez que visitemos la capital helvética.
Una de las fuentes más peculiares es la del Kindlifresser, que según a quien preguntes te dirá que representa a Cronos o al hermano mayor del duque Berchtold. Lo cierto es que hoy se utiliza la figura del Kindlifresser como usamos al coco en España y latinoamérica: un «asustador» de niños.
Fuente del Kindlifresser
La torre de la prisión
O Käfigturm, fue una antigua puerta de entrada en la ciudad. Como su propio nombre indica, se utilizó como prisión, aunque actualmente solo se utiliza como sede del foro político de la confederación y sala de exposiciones.
Torre del reloj (Zytgloggeturm)
Uno de los mayores reclamos turísticos de la ciudad es el Zytgloggeturm o Torre del Reloj. Es el monumento más antiguo, 1191, siendo en su origen una de las puertas de entrada a la ciudad. A lo largo de la historia tuvo varios usos; torre vigía, aposentos de concubinas de clérigos…, hasta que acabó como torre del reloj.
En la torre diferenciamos el reloj astronómico y el juego de autómatas que tiene a su derecha. En el reloj astronómico, construido por Kasper Brunner en el XVI, podemos ver una esfera interior que marca la fase lunar en la que nos encontramos. En una esfera móvil vemos los signos del zodiaco, señalando el que se corresponde con el momento del año actual. Luego nos encontramos con la aguja solar, que marca la posición del astro rey. Encima del reloj podemos ver un friso donde están representadas 5 deidades del mundo clásico que representan 5 días y 5 planetas: Marte (martes), Mercurio (miércoles), Júpiter (jueves), Venus (viernes) y Saturno (sábado). Completarían la semana dos elementos representados en el reloj: la Luna (lunes) y el Sol (domingo).
A la derecha del reloj astronómico tenemos un juego de autómatas que se activa a las horas en punto. Un gallo canta para anunciar el cambio de hora. Comienza a desfilar un corrillo de osos y el gallo canta otra vez. El sonido de una campana da paso a Cronos, que hace girar un reloj de arena. Y el gallo canta por tercera y última vez para anunciarnos el final del espectáculo de autómatas.
La Catedral de Berna
La Catedral de Berna es la construcción eclesiástica más alta del país. Desde su torre se obtienen las mejores vistas del casco histórico y del Oberland bernés. Pero si por algo destaca esta edificación es por su espectacular representación del juicio final.
El Ayuntamiento (Rathaus)
El Ayuntamiento es un edificio gótico del siglo XV. Cuando se reúne el gran el Gran Consejo del Cantón de Berna, cinco veces al año, se iza la bandera de la ciudad.
El Palacio Federal
El Palacio fue construido después de que en 1848 se eligiese a Berna como capital del país. Fue una construcción por plazos, ya que primero se construyó el palacio oeste, luego el este y al final el edificio central con su impresionante cúpula recubierta de cobre. En la terraza trasera del palacio hay una maqueta a escala 1:130. Pero para nosotros lo mejor del Palacio son las vistas que se obtienen desde la mencionada terraza: el río Aar, el barrio Marzili y los Alpes de fondo. De las mejores vistas que se obtienen en la ciudad.
Vistas desde la terraza del Palacio Federal
El mirador de Rosengarten
Rosengarten es un jardín que se encuentra en las afueras de la ciudad, pero la mayoría de la gente viene aquí para obtener una panorámica de la ciudad. Y la verdad es que no defrauda.
Marktgasse
La Marktgasse es la calle que encontramos si entramos por la Torre del Reloj. Vertebradora de la ciudad, junto a Spitalgasse, las fachadas y los soportales otorgan un encanto especial a esta calle. La sucesión de fuentes, el tranvía que la recorre…, todo hace que pasear por ella sea una atracción en sí misma.
El puente de Nydeggbrücke conecta el parque de Bärengraben con el centro histórico
Parque de la ciudad (Bärengraben)
Cruzando el puente Nydeggbrücke llegamos al parque de los osos, donde podemos ver tres osos pardos: Finn, Björk y su hija Ursina. A la entrada del parque nos fijamos en un hecho curioso: había multitud de adoquines con nombres de personas. La explicación es sencilla: los adoquines se pusieron para financiar la construcción del parque. Por cada adoquín se pagaban 100 francos y a cambio ponían el nombre del donante.
Catedral de San Pedro y San Pablo
Está considerada la catedral católica de Suiza. Fue construida en el siglo XIX por Pierre-Joseph Edouard Deperthes, arquitecto del ayuntamiento de París.
Einsteinhaus
Y, aunque no entramos, no podemos dejar sin mencionar la Einsteinhaus, la casa museo donde vivió el mismísimo Albert Einstein entre 1903 y 1905. Fue en estos años cuando publicó el artículo del que nace la famosa ecuación E=mc2
*Dónde comer
Buscando la mejor calidad precio, nos decantamos por Bärenhöfli. Por 17 CHF te ofrecen un primero y un segundo (sopa de puerros y jamón asado con arroz y verduras en nuestro caso). Bebida y postre va aparte (es común en Suiza), pero la calidad y la preparación de la comida es muy buena.
