Asia Tailandia

Tailandia día 10: Railay

en
9 enero, 2018

Me encuentro mucho mejor que ayer. Voy hasta la clínica y en menos de media hora ya me han puesto el antibiótico. El doctor me recuerda que vuelva mañana y que siga con el tratamiento.

Cogemos la toalla y demás en el hostel y vamos hasta el puerto. Un billete de ida y vuelta a Railay cuesta 200 THB. Después de pagar nos hacen esperar hasta que haya gente para llenar un barco. En menos de 5 minutos ya somos suficientes y partimos hasta Railay. El viaje dura unos pocos minutos, y nos dejan en Railay West.

Esta es la principal playa de la zona. Después de tomar el sol y bañarnos (el agua está espectacular) visitamos Railay East. La playa no tiene punto de comparación, así que bajamos hasta la playa de Ao Pranang. Esta playa está muy bien, más pequeña que Railay West, y en las rocas del fondo están haciendo escalada, por lo que parte de las miradas de la playa se dirigen hacia allí. Un señor de 69 años, como el recalca, asciende sin ningún tipo de protección, e incluso hace malabares en medio de la pared. Su secreto, según nos cuenta, es nada de vodka, nada de cerveza y nada de tabaco. En esta zona también hay un par de «templos» curiosos.

Esta cueva, Tham Phra Nang Nok (cueva de la princesa sagrada) está dedicada a la diosa Phra Nang, la diosa de la fertilidad. La leyenda cuenta que Phra Nang era una princesa india que murió en un naufragio y que su fantasma ocupó la cueva. Otra historia cuenta que Phra Nang era la esposa de un pescador local, que salió a faenar y nunca regresó. La mujer vivió el resto de sus eaños en la cueva esperando a que regresara (sola en el olvido, sola con su espíritu, sola con su amor el mar…)

Comemos unas pizzas en un restaurante que se encuentra en la calle que comunica Railay West con Railay East y aprovechamos un poco más este idílico lugar antes de volver a Ao Nang.

Para cenar tenemos una reserva desde ayer (el local siempre se llena) en el Jungle Kitchen. El restaurante está de número uno entre los restaurantes baratos de Ao Nang, y no es para menos. Pedimos unas gambas rebozadas para compartir y un pad thai cada uno. Todo está muy bueno y además las raciones son generosas. Con una coca cola y un agua nos salió por 350 THB.

Ahora a preparar la maleta, mañana nos vamos a Kho Lanta.

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