Amanecemos en Koh Lanta. Tenemos una furgoneta contratada para llevarnos hasta el aeropuerto de Krabi. El precio fue el mismo que por llegar a Koh Lanta, 300THB. Nos recogen y en poco más de dos horas llegamos al aeropuerto. Pasamos los controles y llegamos a una sala con tres puertas de embarque, entre las que se encuentra la nuestra, en la que no hay pantallas! Así que tenemos que esperar a que aparezca personal de nuestra compañía, Nok Air, para preguntar. Para variar el vuelo sale con retraso, casi una hora.
Llegamos a Bangkok y pedimos un Uber para que nos lleve hasta nuestro hostel, Good´uck Hostel at Silom. El hostel está muy bien, con una recepción decorada rollo «hipster», una sala con pantalla y Play 4 y tres pisos con habitaciones y baños. Nuestra habitación es de cuatro personas y las literas son estilo cápsula, con luz y enchufe en el habitáculo, además de espacio suficiente para colocar lo más indispensable. Para la mochila grande hay espacio debajo de la cama. Nos vamos temprano para cama, los días con tantos desplazamientos agotan a uno.
Despertamos y desayunamos en el hostel. Salimos dirección al parque Lumpini.
El nombre del parque hace referencia al lugar donde nació Buda en Nepal. Con una superficie de 57 hectáreas, el parque es de las pocas zonas verdes del centro de Bangkok. Por las mañanas puedes ver a gente tai chi y paseando, pero los protagonistas del parque son los varanos, un lagarto emparentado con el dragón de Komodo. Son inofensivos pero impresionan por su tamaño.
Desde aquí nos acercamos al MBK, un centro comercial de ocho plantas que se encuentra entre los más grandes de Asia. Aquí compramos los últimos regalos para familia y amigos y aprovechamos para comer en un restaurante japonés (y así variar un poco el tipo de comida). Visitamos una gran tienda de manga y pasamos por delante de un maid cafe (lo dejamos para cuando visitemos Japón) hasta llegar a una gran sala de recreativas. Jugamos al Time Crisis 3 y nos quedamos embobados viendo como juegan a máquinas «muy asiáticas».
Volvemos hasta nuestro hostel para cambiarnos. Vamos a ir a una terraza para contemplar el skyline de Bangkok. Teníamos varias opciones, como el Sky Bar o el Baiyoke Sky, pero nos decantamos por el Above Eleven Rooftop Bar, principalmente por los precios. Aunque todos estos locales tienen unos precios elevados, este último tiene unos precios más ajustados (100 THB una Coca Cola o 200 THB un cocktail sin alcohol).
Tanto para llegar como para volver utilizamos el metro elevado. En la entrada del metro hay un pequeño despacho donde diciendo tu parada un empleado te dice el precio y te vende el billete, todo muy sencillo. Desde la parada más próxima a nuestro hostel, Surasak, hasta la parada más cercana al bar, Nana, nos cuesta 44 THB por persona y tardamos poco más de 20 minutos.
Apuramos nuestras bebidas y volvemos a la zona de nuestro hostel. Cenamos en Kokotel Surawong, una cafetería cercana a nuestro alojamiento en la que preparan las mejores hamburguesas que hemos probado en Tailandia. Volvemos al hostel y preparamos todo para la mañana siguiente. Nuestro vuelo sale a las 8:50 y no llegaremos a Madrid hasta las 19:50 (hay que contar con los cambios de horario). Aquí se acaba nuestro viaje! Pero vendrán más y lo seguiremos contando aquí.
Laura
Un articulazo!!
Viajando el Mapa
Gracias! El destino ayuda.