Qué ver en Ginebra: mi top 10
Ginebra, «la ciudad de la paz», título que ostenta gracias a concentrar las sedes de la ONU y la Cruz Roja, se encuentra entre las cinco ciudades con mayor renta per cápita del mundo. Una coqueta ciudad a orillas del lago Ginebra y del río Ródano. Pero antes de hablaros de qué ver en Ginebra daremos un par de pinceladas sobre la historia de la ciudad. Sus primeros pobladores fueron los alóbroges, una tribu celta (de ahí que el nombre de Ginebra sea de origen celta: Genava). Luego entró a formar parte del imperio romano hasta la caída de este. Los francos la dominaron durante casi 500 años, y después el Imperio Germánico Romano durante casi 8 siglos. Tras un breve período de ocupación francesa, la ciudad se unió a la Confederación Helvética en 1815, formando parte del «país» hasta nuestros días. La ciudad tiene el tamaño perfecto para visitarla andando, así que vamos a hablaros de sus principales atracciones:
El Jet d´Eau de Ginebra
El Jet d´Eau es la atracción con la que todos asociamos Ginebra. no era más que una válvula de seguridad para una instalación de agua de la ciudad, pero viendo el potencial turístico se iluminó, se cambió de ubicación y sufrió varias remodelaciones (la última, y más importante, data de 1951) hasta lucir como en la actualidad. Contaros que el chorro de agua alcanza los 200 km/h y una altura de 140 metros. Lamentablemente el día que fuimos no estaba en funcionamiento, pero utilizamos una foto de la Oficina de Turismo de Ginebra para demostrar la espectacularidad de la fuente y cómo domina el paisaje de la ciudad.
Parque de l´Ariana
El Parque de l´Ariana concentra muchas de las atracciones de la ciudad, como son el Palacio de las Naciones, el Jardín Botánico o el Museo de la Cruz Roja. Aunque está un poco alejado del centro de la ciudad (3 km) podemos llegar a él tras un bonito paseo por la orilla del lago Ginebra.
El Palacio de las Naciones
Este edificio de principios del siglo XX fue la sede de la antigua Sociedad de Naciones (1919) y es una de las sedes de la ONU (la segunda en importancia después de la de Nueva York). Ofrecen visitas guiadas en inglés y en francés por 12 francos en las que puedes anotarte en su página oficial.
En la Plaza de las Naciones podemos contemplar una de las entradas al recinto, donde se encuentran las banderas de las Naciones Unidas, y justo en la plaza encontramos el monumento Broken Chair, con el que intentan concienciar sobre la lucha contra el uso de minas antipersona.
Jardín Botánico
Sabéis que nos encantan los jardines botánicos, así que no podíamos olvidarnos de visitar el de Ginebra. Fue creado a principios del siglo XIX en le Parc de Bastions, y a principios del siglo XX fue trasladado a su ubicación actual. El parque cuenta cuenta con invernaderos que reproducen diferentes hábitats, distintos árboles y flores, un pequeño jardín japonés y hasta un jardín zoológico donde podemos encontrar desde ciervos hasta pavos reales. Además, ¡la visita es gratuita!
Estatuas con historia
Paseando por la ciudad nos encontramos con dos estatuas que, más que importantes por la obra en sí lo son por las historias que guardan:
- En la zona de Plainpalais podemos ver una estatua del monstruo de Frankenstein. Pero, ¿qué relación tiene Frankenstein con la ciudad? En el verano de 1816 Lord Byron se encontraba reunido con unos amigos en Villa Diodati, un preciosa mansión a orillas del lago. Durante una desapacible noche Lord Byron propuso una especie de juego: que cada uno de los presentes inventase una historia de terror y la leyese para todos. Entre los invitados se encontraba una joven de 19 años, Mary Shelley, que concibió una historia que sentaría las bases para «Frankenstein y el vampiro«.
- Próximo al lago se encuentra el Monumento a Sisi, que recuerda la muerte de la emperatriz: el 10 de septiembre de 1898 un anarquista italiano apuñala a Sisi en uno de sus paseos por la ciudad, muriendo ésta poco después.
Sus Museos
Ginebra cuenta con innumerables museos, y a cada cual más interesante. Necesitaríamos un día entero para hacer una aproximación, pero si tenemos tiempo hay varios que merecen una visita:
– Museo de la Cruz Roja y la Media Luna Roja
En él se hace un repaso por la historia de la organización, desde su creación en 1859 hasta los últimos conflictos del siglo XXI. La entrada cuesta 15 CHF.
– Citè du temps
La Citè du temps es una exposición de relojes Swatch. Aquí podrás encontrar modelos de la marca desde 1983 hasta la actualidad. La entrada es gratuita.
– Museo Etnográfico de Ginebra MEG
En una única gran sala encontramos antigüedades de los cinco continentes. Especial atención a las piezas japonesas, entre las que encontramos auténticas armaduras samurai (amamos las armaduras samurai). La entrada cuesta 9 francos.
– Maison Tavel
La Maison Tavel es un palacete del siglo XIV que forma parte del Museo de Arte e Historia (son varios los edificios que forman parte del museo, estando el edificio principal relativamente cerca). Lo que más nos gustó de la exposición fue una maqueta de la ciudad en el año 1850. Se encuentra en la última planta y la visita al edificio es gratuita.
– CERN
La Organizacion Europea para la Investigación Nuclear (CERN) cuenta con un par de exposiciones en las afueras de la ciudad. El Microcosmos contiene una exposición sobre las instalaciones del CERN y su Gran Colisionador de Hadrones. Por otro lado, en Universo de Partículas encontramos una exposición sobre el origen del universo. Ambas visitas son gratuitas y muy recomendables.
Cementerio Plainpalais
Nos encanta visitar cementerios, tanto por la tranquilidad que se respira mientras se pasea por ellos como por las historias que encierran, y en Ginebra hay uno que no podíamos dejar de visitar: el cementerio Plainpalais. Se le conoce como Cimetière des Rois (el cementerio de los reyes), ya que los personajes más ilustres de la ciudad están enterrados aquí: Jean Piaget, Rodolphe Töppfe, John Calvin, Jorge Luis Borges…, pero además alberga una «tumba» de los más curiosa, una pequeña tumba de 50×50 que contiene una ranura y una inscripción que pone algo así como: «aquí reposan los secretos de los paseantes del Cementerio de los reyes». Se trata de una obra de la exposición «Open End» de la artista francesa Sophie Calle. Hasta el año 2036 seguirá la obra en el cementerio.
Su reloj de flores
Suiza es el país de los relojeros, y en el centro de la ciudad podemos encontrarnos un gran reloj… de flores! Se encuentra en el Jardín Inglés, que fue contruido a mediados del siglo XIX. Este jardín alberga el Monumento Nacional, una estatua de dos mujeres (la República de Ginebra y Helvetia) que simbolizan la unión de Ginebra a la Confederación Suiza en 1814. Dentro del parque nos encontramos con el Horloge Fleurie (reloj de flores), que fue instalado en 1955 en honor a la industria relojera. Y su decoración no es poca cosa: se necesitan más de 6000 flores para su elaboración!
Parc des Bastions
Este gran parque es famoso por albergar el Monumento Nacional de la Reforma o, como se le conoce, Muro de los Reformadores. En él podemos ver a los cuatro grandes reformadores: John Calvin, Théodore de Bèze , Jhon Knox y Guillaume Farel. Los acompaña el lema de la ciudad: Post Tenebras Lux (después de las tinieblas la luz). Pero el parque tiene muchas más cosas que ofrecernos, como un ajedrez «gigante» donde la gente puede echar partidas callejeras. En la parte superior del parque podemos ver el banco más largo de Suiza, que no deja de ser una simple curiosidad, pero viene bien para descansar un poco de tanta caminata.
El barrio de Les Grottes
En este barrio se encuentra un conjunto de edificios residenciales que puede recordarnos «un peu» a la obra de Gaudí o de Hundertwasser. Se los conoce como «les Schtroumpfs» (los pitufos) por su similitud con las de estos pequeños seres. Sus paredes curvas y sus colores los han convertido en una atracción más de la ciudad.
*Dónde comer
En el barrio de Pâquis se encuentra el muelle viejo, Bains des Pâquis. Además de darse unos baños o ir a la sauna la gente suele venir para comer en La Buvette des Bains. Al llegar encontramos una barra y una pizarra con los platos disponibles (suelen tener un plato del día por 14 francos). Te dan una bandeja con la comida y te sientas a comer disfrutando de las vistas del lago.