Las 10 mejores cosas que hacer en Comillas
Comillas era uno de los pueblos que teníamos muchas ganas de conocer. Tres fueron los principales motivos de este interés: Gaudí, Antonio López y un ángel exterminador. Y si fuesen poco estos tres motivos, National Geographic eligió la villa como «el pueblo más bonito de España al que viajar en agosto».
Al contrario de lo que solemos hacer, iremos contándoos la historia de Comillas y sus personajes a la vez que conocemos el pueblo, empezando por la persona que cambió la historia de Comillas para siempre.
Cómo llegar
Comillas se encuentra en la costa de Cantabria. La A-8 pasa muy cerca del pueblo, así que llegar es muy fácil. Aparcar está complicado, sobre todo en verano. La zona cercana al cementerio suele estar menos concurrida.
Dónde alojarse
El pueblo es muy turístico, por lo que no es fácil encontrar alojamiento en temporada alta. Nosotros optamos por quedarnos en Posada San Tirso, un precioso alojamiento a solo 10 km de Comillas y que fue un buen punto para conocer parte de Cantabria.
Foto cedida por el alojamiento
Dónde comer
Nos recomendaron El Remedio, pero ya no tenían disponibilidad. Optamos por Gorbea, un restaurante de cocina vasca con buen producto y con menú (28€ cuando fuimos nosotros) muy apetecible.
Conocer la historia del Marqués de Comillas visitando su monumento
Lo mejor para empezar a visitar Comillas es conocer la historia de Antonio López López, más conocido como el Marqués de Comillas. Él es el responsable de que un pequeño pueblo de pescadores, importante dentro de la pesca ballenera, se convirtiese en el primer lugar de España con alumbrado público.
Antonio nació en 1817 en una pobre familia de hidalgos (hidalgo=hijo de algo). Su padre muere cuando Antonio tiene 6 años, lo que le obliga a trabajar desde muy temprano para ayudar a la economía familiar. A los 14 años emigra a Cuba en busca de fortuna (lo que se conoce como Indiano, el que emigra a América y vuelve con riqueza). Allí comienza a trabajar para un gran empresario catalán, y con el tiempo se promete con su hija. La gran dote que le proporcionó el matrimonio supuso el espaldarazo definitivo para el aumento de su riqueza, que seguiría incrementándose gracias al tráfico de esclavos y a la empresa naviera Transatlántica Española.
Antonio ya es un hombre rico, pero el siguiente paso son los títulos nobiliarios. Surgió una gran amistad con el rey Alfonso XII, que lo nombró Marqués de Comillas y Grande de España. El rey y su familia veranearon dos años en la villa junto a Antonio, por lo que este preparó la villa para que estuviese a la altura de tan ilustre visitante. El alumbrado público y los grandes palacios llegaron a la villa, y estos son hoy el mayor reclamo turístico de Comillas.
Al tener varias empresas y a su familia política en Cataluña, Antonio conoció a la flor y nata de la arquitectura catalana, que vivía un período esplendoroso bajo el movimiento modernista. Así se explica que en el medio de Comillas encontremos el Parque Güell y Martos, diseñado por Lluís Doménech i Montaner. Allí mismo se encuentra la estatua al Marqués de Comillas que nos sirvió de excusa para contaros la vida de Antonio López López, un vecino pobre que acabó convirtiéndose en Antonio López y López de la Madrid, el Marqués de Comillas.
Pasear por los jardines del Palacio del Sobrellano
Conociendo ya la historia de Antonio, nuestra siguiente recomendación es acercarse hasta el Palacio del Sobrellano. Allí se encuentra el gran palacio que el Marqués mandó construir para utilizar como residencia de verano y también para acoger a la Familia Real. Sin embargo, el Marqués no pudo ver finalizado el Palacio, ya que falleció en 1883 y la obra se terminó en 1888.
Para conocer el Palacio por dentro debemos contratar una visita guiada. Los principales atractivos del Palacio son sus vidrieras, las pinturas de Llorens y los muebles de Gaudí. Pero la joya arquitectónica del recinto no es el Palacio (que también), sino el edificio que se encuentra a su vera.
Admirar las escultura funerarias de la Capilla-Panteón
El que nos parece el edificio más espectacular (y que además el Marqués sí que pudo ver terminado en vida) es la Capilla-Panteón. A pesar de tener el tamaño de una ermita, se diseñó como una pequeña Catedral (así lo confirman la girola, las gárgolas). Serviría para acoger los restos de la familia y su consagración se hizo contando con la presencia del Rey Alfonso XII. Al igual que en el Palacio, la Capilla solo se puede visitar con visita guiada. En la escasa media hora que dura la visita descubrimos las maravillosas vidrieras que impregnan de magia el lugar (como vemos en la foto de abajo). También los mausoleos de la familia (el del Marqués, el de su hermano, su hijo…), la lauda que da acceso a la cripta, el órgano de ochocientos tubos y dos teclados y las primeras obras de Gaudí en Comillas: seis bancos, dos sitiales con reclinatorios y un confesionario.
Entrar en una caja de música: el Capricho de Gaudí
En Comillas casi todo está relacionado con Antonio López. Su abogado en Cuba (y concuñado) era Máximo Díaz de Quijano. Tenía un terreno pegado al del Palacio de Sobrellano y quiso construirse una casa que reflejara su gran pasión, la música. Lo que nos puede parecer extraño es que este edificio se convirtiese en el primero de los tres que Gaudí proyectó fuera de Cataluña en toda su vida (los otros dos son el Palacio Episcopal de Astorga y la Casa Botines de León), pero todo tiene un porqué. Resulta que Máximo era el suegro de Eusebi Güell, principal mecenas de Gaudí y gracias a quien entraron en contacto. Además Gaudí ya había trabajado antes en Comillas, como en el mobiliario de la Capilla, que hemos comentado antes, y con un Quiosco de aire oriental.
El genio catalán concibió el edificio por que el que Comillas es famoso (sin desmerecer ninguna de sus otras joyas arquitectónicas y naturales). La guía nos contó que el edifico tiene forma de una caja de música. Las cenefas exteriores forman pentagramas y las barandillas de hierro claves de sol. Las ventanas de guillotina crean música cuando se abren o cierran… Todo el edificio en su conjunto es una maravilla. Pero no solo en la forma se fijaba Gaudí. La funcionalidad era condición sine qua non en sus obras. Así nos encontramos con un precioso invernadero (la botánica era otra de las aficiones de Máximo) que actúa como elemento termorregulador de la vivienda.
La visita es la más imprescindible en Comillas y además no es nada cara (cuando fuimos, agosto de 2023, la entrada con visita guiada o por libre costaba 7€).
Contemplar la puerta de la Universidad de Comillas
El edifico que hoy acoge la Fundación Comillas es el mismo que se conocía como la Universidad Pontificia de Comillas. Pero este no era el uso que había concebido el Marqués para su donación. Corría el 1881 cuando Antonio habló con los jesuitas y les comunicó su intención de construir un colegio de segunda enseñanza para los niños con menos recursos de la localidad y alrededores. Pero los religiosos, oh sorpresa, se negaron en rotundo y acabaron convenciéndolo para que lo que se construyese fuese un seminario. A la muerte del Marqués fue su hijo Claudio López Bru (un activista católico que a pesar de casarse hizo voto de castidad, por lo que no es sorprendente que no tuviese descendencia) quien continuó y aumentó las aportaciones para la construcción y el mantenimiento del edificio.
A pesar de cómo se perturbó el primer deseo del Marqués, la obra resulta una gran construcción arquitectónica, con joyas como la puerta de entrada al recinto y la del edifico principal, que representa la soberbia (que debe quedarse fuera para entrar en un lugar de enseñanza y conocimientos).
Observar la Fuente de los Tres Caños
Mientras damos un paseo por el centro del pueblo llegamos hasta la Fuente de los Tres Caños. Esta es un homenaje al yerno del Marqués, Joaquín del Piélago, quien fue el responsable de que el agua canalizada llegase al pueblo. Siguiendo nuestro paseo podemos entrar en la iglesia de San Cristóbal o disfrutar de la arquitectura montañesa con sus típicos balcones que abundan la zona.
Observar el Ángel Exterminador del Cementerio de Comillas
El Ángel Exterminador es una de las esculturas funerarias más espectaculares que se hayan creado. Por ello es uno de los símbolos de la villa. Aunque hoy presida el cementerio de Comillas, nos contaron que se construyó para presidir el mausoleo del primer hijo del Marqués, pero que al terminar siendo tan voluminosa el Marqués prefirió donarla para que presidiese el cementerio. El ángel representa a Abadón, nombrado en el Apocalipsis, y es obra de Josep Llimona, arquitecto (como no) catalán.
Nos pasamos por el cementerio para ver el ángel y para maravillarnos con la arquitectura gótica del recinto, pero descubrimos la historia del camposanto, que nos gustó tanto o más que la escultura:
En el siglo XV el pueblo de Comillas vivía bajo el yugo del Duque del Infantado. Pero el último desprecio que decidieron aguantar fue el tener asientos reservados y vacíos en la iglesia, que se encontraba rodeada del actual cementerio (todavía podemos ver sus paredes). Una feligresa decidió sentarse en un asiento vacío que pertenecía al Duque. Al verla la familia pidió que la sacasen de allí. Los esbirros del Duque la condujeron hacia el final de la iglesia, pero la mujer volvió a sentarse en el mismo asiento. Esta vez la sacaron de malos modos y la expulsaron de la iglesia. Lo que no contaban es que la apoyaría todo el pueblo, quienes salieron y prometieron no volver a entrar mientras el Duque siguiese teniendo asientos reservados para él y su familia, ya que la iglesia es la casa del pueblo. Con lo que no contaba el Duque es con que el obispado apoyaría al pueblo… No, es coña. El obispo excomulgó a todo el pueblo de Comillas. La solución la encontró el regidor del pueblo, que prometió construir una nueva iglesia a cambio del perdón eclesiástico. Si es que con la iglesia hemos topado…
Conocer el porqué de la Puerta de los Pájaros
Esta curiosa puerta fue diseñada por Gaudí para el chalet Graner, pero no llegó a finalizarse. El diseño lo replicó años después un albañil que había trabajado para el genio catalán. Se encuentra en la Casa de Moro, conocida así por su primer propietario, Paulino moro.
Lo curioso son las tres entradas con las que cuenta. La mas grande está claro que es para lo vehículos. La que está a su lado es para las personas. Y la pequeña y suspendida es para los pájaros, quienes son los que le dan nombre. Una parada curiosa de camino a un mirador.
Contemplar la playa de Comillas desde el Mirador de Santa Lucía
Muy cerca de la Puerta de los Pájaros se encuentra el Mirador de Santa Lucía. Recibe su nombre de una pequeña capilla adyacente. Allí se puede ver una imagen de la santa donada por los pescadores, quienes se acercaban a escuchar misa antes de salir a faenar.
Desde aquí tenemos una panorámica perfecta de la playa, que tiene casi 1 kilómetro de largo. ¿Apetece un baño?
Y refrescándonos en el Cantábrico terminamos nuestra visita por Comillas. Si conoces el pueblo puedes dejar en los comentarios algún otro lugar de Comillas que visitar. Y si no lo conoces puedes dejarnos tus preguntas.
A continuación os dejamos un mapa con los puntos de interés de Comillas
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