Francia

Qué hacer en Estrasburgo

en
9 marzo, 2023

Estrasburgo es el tipo de ciudad que nos encanta: con un tamaño abarcable para ir andando a casi todos lados, con una casco viejo bien diferenciado, con una gastronomía destacable y con tiendas distintas a los grandes conglomerados que encontramos por todo el mundo. Por todo esto Estrasburgo reunía los requisitos para convertirse en una de nuestras ciudades favoritas (junto a Edimburgo, Burdeos, Praga o Cracovia), y la verdad es que ha superado nuestras expectativas. Así es más fácil escribir este artículo sobre Qué hacer en Estrasburgo, donde te recomendamos hasta 16 actividades distintas que realizar en la ciudad. Al final del artículo os dejamos un mapa señalando todos los lugares que recomendamos visitar y algunos más. 

Breve historia de Estrasburgo

Lo primero es conocer un poco del lugar que vamos a visitar. Aunque la leyenda cuanta que Estrasburgo fue fundada por Trebeta, hijo de Semíramis de Babilonia y Ninus de Asiria, oficialmente la ciudad la fundaron los romanos en el 12 a.C. con el nombre de Argentoratum. A principios del siglo V los alamanes ocuparon la ciudad, hasta que esta fue arrasada por los hunos de Atila. En el siglo VI la ciudad fue reconstruida por los Merovingios, que la rebautizaron como Strateburgum (algo así como fortaleza en el camino). 

En 1262 consiguió el estatus de ciudad libre, y menos de un siglo después Estrasburgo vivió uno de sus sucesos más bochornosos: la ciudad culpó a los judíos de la epidemia de peste que la asolaba y más de mil de ellos murieron en la hoguera

A partir de 1681 empieza el tuya-mía entre Francia y Alemania por el control de la ciudad. Ese mismo año Luis XIV conquista la ciudad. Tras la guerra franco-prusiana (1870-71) Estrasburgo pasa a formar parte del Imperio Alemán. Después de la primera Guerra Mundial se vuelve a hablar francés en la ciudad, hasta que los nazis la toman en 1940. Cuatro años más tarde, el general Leclerc (del que hablaremos más adelante) recupera la ciudad, que vuelve a ser francesa (y capital de la región de Alsacia) hasta nuestros días. 

Como veis, una historia muy convulsa al encontrarse en la frontera de dos potencias como Francia y Alemania. La parte positiva es que la ciudad bebe de las dos culturas, y eso se puede comprobar en su dialecto, su gastronomía y su arquitectura. 

Cómo llegar

Estrasburgo cuenta con un aeropuerto a 11 kilómetros de la ciudad (SXB), pero no tiene demasiados vuelos y varias de las conexiones son estacionales. Por suerte hay varios aeropuertos medianamente cercanos que sirven para llegar hasta la ciudad. Dos están en Alemania: el de Karlsruhe-Baden-Baden (FKB), a 55 km de la ciudad, y el de Stuttgart (STR), a 150 km. En Suiza tenemos el de Basilea (BSL), a 130 km al sur de la ciudad y que fue el que elegimos para llegar.

Dónde aparcar

Si, como en nuestro caso, llegáis a la ciudad en coche, os recomendamos aparcar en los P+R (park and ride). Son aparcamientos situados en el extrarradio de la ciudad cuyo precio es bastante económico (no llega a 5€ el día) y que incluye el billete de bus o tranvía, ida y vuelta, para hasta 7 ocupantes. El mismo tique del aparcamiento es la tarjeta para el transporte (que tenemos que validar en la parada). Nosotros elegimos el parking Relais-Elsau, que os señalamos en el mapa. 

Subir al techo de la Presa Vauban

El bus nos dejó cerca de una de las obras más importantes en la historia de la ciudad, así que la Presa Vauban fue nuestro primer encuentro con Estrasburgo. Se construyó en 1690 no solo como la exclusa principal de la ciudad, sino como parte del sistema de defensivo (en caso de ataque la presa se podía abrir para inundar la parte sur de la ciudad, dificultando mucho la ofensiva). Hoy en día es un magnífico mirador gratuito para disfrutar de una panorámica de los Ponts Couverts y de la Grande-Île.

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Vistas de los Puentes Cubiertos desde lo alto de la presa

Cruzar los Puentes Cubiertos

Y precisamente nos dirigimos a esos puentes cubiertos que hoy están descubiertos… c´est la vie. Se construyeron en el siglo XIII y formaban arte de un sistema defensivo junto a cinco torres, de las que quedan cuatro. Estaban construidos en madera y cubiertos (suponemos que algo parecido a lo que vimos en Lucerna). Ya en el siglo XIX se sustituyeron por los de piedra que podemos ver actualmente. Después de disfrutar de la panorámica desde la presa, cruzarlos es la mejor forma de llegar a nuestra siguiente parada.

Conocer el porqué del nombre de la Petit France

Que no es otra que la Petit France, el más fotografiado de la ciudad. Y no es para menos, sus casas de colores y entramados de madera (las típicas alsacianas de los siglos XVI y XVII), se encuentran bordeando el río, por lo que la estampa en un puente con el reflejo de las casas en el río es la foto más repetida en la ciudad.

Las tiendas, restaurantes y bares pueblan el barrio, el mejor lugar de Estrasburgo para el ocio, pero no siempre fue así. En el siglo XVI era un lugar lúgubre ya que se trataba del barrio de los curtidores (no perderse la Maison des Tanneurs, antigua casa de curitidores hoy convertida en restaurantes), que utilizaban la parte superior de los edificios para secar sus pieles. El olor era nauseabundo, pero la situación no haría más que empeorar. En la ciudad estalla una epidemia de sífilis, y el primer hospicio se ubica en el barrio con el nombre de franzosenkrankheit , el mal francés, como se conocía a la enfermedad. Así pasó a conocerse al barrio, que derivó con los años en la pequeña Francia. Un nombre oscuro para un lugar que acabó resultando deslumbrante.

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Conocer la Grande-Île, el centro histórico de la ciudad

Igual no nos hemos dado cuenta, pero ya estamos dentro de la Grande-Île. El río Ill atraviesa la ciudad formando varias islas. La mayor de ellas es la Gran Isla, donde se alza el casco histórico y que fue reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1988. Menos el Museo Alsaciano, el barrio europeo y la Neustadt, todo lo que os recomendaremos en este artículo se encuentra en la Gran Isla, así que ya os podéis ir haciendo una idea de su importancia.

Cruzar la plaza Kléber

Seguimos caminando hasta llegar a la plaza más importante de la ciudad, la plaza Kleber. Hay muchas plazas destacables en la ciudad, como la plaza Gutenberg o la plaza Broglie (de la que os hablaremos más adelante), pero la plaza Kleber es el principal punto de encuentro de la ciudad, además de ser el sitio elegido para levantar el gran árbol de navidad (el árbol de navidad natural más alto de Europa). La plaza toma el nombre del general Jean Baptiste Kleber, quien luchó en las Guerras Revolucionarias en tiempo de Napoleón. Siguiendo con la temática militar, el edificio más destacado de la plaza es L´Aubette, el lugar donde los soldados iban al amanecer a buscar sus órdenes de asignación (aube es amanecer en francés).

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El gran árbol de la navidad en la plaza Kleber

Visitar la Neustadt

Caminamos ahora hacia el norte hasta salir de la Grande Île hasta llegar a un barrio arquitectónicamente muy distinto a lo que vimos hasta ahora. Un guía de la ciudad nos dijo que la Neustadt (ciudad nueva)es el ejemplo de cómo lucirían las ciudades europeas si Alemania hubiese ganado la 2ª Guerra Mundial. Igual es algo exagerado, pero es un aliciente más para visitarlo. El barrio se construyó después de la guerra franco-prusiana, cuando la ciudad pasó a manos germanas, quienes la convirtieron en la capital de la nueva provincia imperial (reichsland) de Alsacia-Lorena. Para ello se construyeron grandes avenidas, numerosos monumentos a los nuevos héroes de la ciudad y grandes edificios. La iglesia luterana de Saint Pierre le Jeune y el Palais du Rhin son unos buenos ejemplos de este cambio arquitectónico.

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Iglesia de Saint Pierre le Jeune

Disfrutar de los ricos edificios de la Plaza Broglie

Caminamos ahora hacia el sur para volver a entrar en la Grande Île y llegar a la Plaza Broglie, una de las más señoriales de la ciudad. Además de acoger el Christkindelsmärik, del que os hablaremos más adelante, la plaza cuenta con dos de los edificios más destacados de la ciudad: el ayuntamiento o L´Hotel de Ville, catalogado como Patrimonio de la UNESCO; y la ópera, conocida como Opera du Rhin y que cuenta con una importante agenda cultural. En el centro de la plaza también vemos una escultura que representa al Mariscal Lecrec, el oficial que comandó las tropas que liberaron Estrasburgo de los nazis.

 

Disfrutar de la arquitectura de la Casa Kammerzell

Seguimos caminando hacia el sur hasta que llegamos a la plaza de la Catedral, donde encontramos uno de los edificios con más histiora de Estrasburgo: la Maison Kammerzell. Este edificio gótico, que lleva el nombre de un comerciante del siglo XIX, se construyó en 1467 y la planta baja, de piedra, es la original de la época, aunque en los años posteriores fueron añadiéndosele plantas. Las vigas se decoraron con personajes históricos, escenas bíblicas, los signos del zodíaco…

Está considerada la casa más bonita de Estrasburgo y se puede entrar en ella, ya que ahora acoge un restaurante y un hotel (eso sí, sus precios son muchos más elevados que los restaurantes de la zona).

Maison-Kammerzell

Entrar en la catedral gótica más antigua del mundo

Y ya llegó la hora de entrar en la gran atracción de la ciudad. No exageramos si decimos que Notre Dame de Estrasburgo es una de las catedrales más bellas que hemos visto jamás (aguantando la comparación con Notre Dame de París y con nuestra catedral de Compostela). Pero hablemos un poco sobre el edificio. El templo, que se construyó sobre los restos de una antigua basílica, guarda varias curiosidades arquitectónicas:

  • Se tardó más de 4 siglos en construir la catedral (1015-1439) y presenta un estilo tardogótico.
  • Fue el edificio más alto del mundo, pero no cuando se terminó de construir, sino cuando se destruyó la aguja de  Santa María de Stralsund, en 1647.
  • Este récord lo conservó hasta 1874 (227 años), cuando la superó la iglesia de San Nicolás en Hamburgo.
  • Hoy en día es la sexta iglesia más alta del mundo y la estructura en pie más alta construida íntegramente en la Edad Media

Si todo esto no sirve para convenceros a visitarla os informamos que se puede subir a su torre para contemplar las mejores vistas de la ciudad. La subida es de pago (8€), pero la entrada a la catedral es gratuita. Así podréis hallar la joya que esconde en su interior…

Descubrir su Reloj Astronómico

Y si bella es la catedral, espectacular resulta el reloj astronómico que guarda en su interior. De las mentes y manos de matemáticos, técnicos y artistas nació esta joya en el siglo XVI, aunque el mecanismo actual data de 1842. Cada día a las 12:30 los curiosos se agolpan en torno al reloj para ver el juego de los autómatas. En la parte inferior van pasando cuatro autómatas que representan las edades del hombre (niño, adolescente, adulto y viejo) frente a una muerte  que toca una campana. En la parte superior son los apóstoles quienes desfilan frente a Jesús. Y todo mientras un gallo aletea y canta.

 

Visitar alguno de los museos del Palacio Rohan

Salimos por la puerta que hay al lado del reloj y continuamos recto hasta entrar en el Palacio Rohan. En su día fue la residencia de los Rohan, una importante familia noble y hoy alberga tres museos:

  • El Museo Arqueológico, con la historia de Alsacia desde la prehistoria hasta nuestros días.
  • El Museo de Artes Decorativas, con una colección de cerámicas y muebles.
  • El Museo de Bellas Artes, con cuadros que recorren la historia del arte europeo desde la edad media hasta 1870.

 

Comprender la idiosincrasia de la región en el Museo Alsaciano

Pero si solo queremos visitar un museo en la ciudad, el elegido debería ser el Musée Alsacien. Acoge elementos como mobiliario, vestimenta u obras de arte de Alsacia entre los siglos XVIII y XIX. Entrar en él es la mejor manera de conocer un poco más sobre la región y su gente y entender más sobre la idiosincrasia alsaciana. Por si esto fuera poco, el museo se encuentra en un edificio renacentista que está catalogado como monumento histórico.

Foto del Musée Alsacien

 

Recorrer los mercadillos navideños de la Capital de Nöel

Si vais entre finales de noviembre y diciembre, una de las cosas que hay que hacer en Estrasburgo es disfrutar de cómo la ciudad se transforma en navidad. De hecho, Estrasburgo está registrada como Capital de la Navidad o Nöel. De los imperdibles que hay que hacer es visitar alguno de sus 11 mercadillos navideños (entre ellos Christkindelsmärik, el más antiguo de Francia, que se viene montando desde 1570) y beber un vin chaud alsacien (vino caliente especiado). También debemos dirigirnos a la plaza Kleber para contemplar su árbol de navidad y, entre paseo y paseo, disfrutar de la decoración navideña que inunda toda la ciudad.

Mercado navideño a los pies de la Catedral

Navegar el río Ill

Como os comentábamos al principio del artículo, Estrasburgo se construyó junto a un afluente del Rin, el río Ill. Navegarlo es una buena manera de disfrutar del atardecer en la ciudad. Batorama, la compañía de barcos de la ciudad, realiza un recorrido que llega hasta la zona europea, por lo que podemos aprovechar el barco para ver los edificios del Consejo de Europa o el Parlamento Europeo. Si elegimos bien la hora de salida, podremos salir desde enfrente a la Catedral de día y regresar con la ciudad iluminada.

Pasear por el Barrio Europeo

Y si queremos conocer la zona en profundidad, nada mejor que seguir la Parcours d´Europe, un recorrido de 2,5 km que enlaza los principales edificios de la zona, como el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa o el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Incluso podemos acceder a alguno de ellos, como al patio interior del Parlamento. Para aprender más sobre cada uno de los edificios se han repartido varios paneles informativos. Os adjuntamos el mapa de la ruta.

Vista del Parlamento Europeo desde el Batorama

 

Probar la gastronomía alsaciana

Y, para finalizar, no podemos irnos de la ciudad sin probar la típica gastronomía alsaciana. Las Flammkuchen, el Baeckeoffe. el queso Munster o los vinos riesling o gewürztraminer son delicias que deberíamos probar. Podéis leer más sobre la gastronomía de la región en nuestro artículo de 10 cosas que hacer en Alsacia.

Tarte_Flambee

Y ahora os dejamos el mapa que podéis utilizar para visitar la ciudad (y otros lugares de Alsacia). Recordaros que la forma de viajar tranquilos es llevar siempre un seguro de viajes. Aquí te dejamos un enlace para Chapka Seguros con el que obtendréis un descuento del 7%

 

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Mapa de Alsacia

Como veis, Estrasburgo es una ciudad que tiene mucho que ofrecer y en la que un día resulta demasiado poco para conocerla. ¿Vosotros ya conocéis la ciudad?

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