Las 10 mejores cosas que hacer en Lokrum

Que sí, que Dubrovnik es muy bonito, hay muchas cosas que hacer y ver y cuando nos marchemos agradeceríamos tener algún día más para ver la ciudad. Pero no es menos cierto que, sobre todo en los meses centrales del año, la ciudad está saturada de turistas, el sol pega con fuerza y el calor puede llegar a ser asfixiante. Aquí es cuando te puede apetecer una escapada cercana a Dubrovnik donde poder desconectar del agobio de gente y relajarse dándose un baño o paseando por sus jardines. Tú estás buscando la isla Lokrum.

Isla de Lokrum

Lokrum es una pequeña isla de 2 km cuadrados a escasos 600 metros de Dubrovnik. La ciudad era conocida por los italianos como Lacroma, derivada del término latino Acrumen (fruta amarga). El nombre viene de las plantas exóticas que cultivaban los monjes benedictinos durante la Edad Media. Estos monjes fueron los primeros habitantes de la isla hasta su expulsión luego de la conquista napoleónica. Con la caída de Napoleón la isla formó parte del imperio austrohúngaro, que dejó un legado todavía visible en la isla (el escudo de armas de la Casa del Guardabosques, la Torre de Maximiliano o la mansión del Archiduque Maximiliando de Habsburgo). Después de la I Guerra Mundial pasa a pertenecer a Yugoslavia, y en plena Guerra de Yugoslavia la isla es bombardeada, aunque no sufre grandes daños.

Cómo llegar 

Desde el puerto viejo de Dubrovnik salen todos los días las embarcaciones que llegan a la isla en unos 15 minutos. El billete de 150 kunas (unos 20€) incluye el viaje de ida y vuelta y la entrada a la isla. El billete se imprime en una postal de Lokrum, por lo que te queda un bonito recuerdo del viaje (una buena idea para otros destinos). Revisa bien cuándo es el último barco, pues está prohibido pernoctar en la isla. También es recomendable llevar comida, pues solo hay dos locales de comida en Lokrum, y una botella para recargar agua en alguna de las fuentes de la isla.

A continuación os mostramos las 10 mejores cosas que hacer en la isla de Lokrum.

Visitar la Casa del Guardabosques

Que no es otra cosa que la caseta de información turística. Se encuentra en el puerto, por lo que será el primer sitio por el que pasemos al desembarcar.  Los mapas son de pago, así que si queréis ahorraros unas kunas os recomendamos sacarle una foto al mapa grande que hay antes de la entrada al edificio. Esta casa fue construida bajo el mandato de los Habsburgo, de los que queda un escudo de armas encima de la puerta principal.

Pasear por el Camino del Paraíso 

Y es que con este nombre cualquiera se resiste a recorrerlo. Esta senda sale desde detrás de la caseta de información y traza una recta hasta el Fort Royal. El camino sube hasta el fuerte en una continua pendiente, así que mejor tomarlo con calma y llevar agua, ya que el sol pega con gusto en todo el trayecto. 

Descubrir el Fort Royal

Y al acabar el camino del paraíso llegamos hasta el Fort Royal. Esta fortaleza fue construida por Napoléon en el 1805 durante su breve dominio de la zona. Decidió construir el fuerte con forma de estrella y en el punto más alto de la isla, el monte Glavica (96 metros sobre el nivel del mar). Desde lo alto se divisa toda la ciudad de Dubrovnik, por lo que estratégicamente era un enclave perfecto para sus intereses militares. Pero los austríacos retomarían la posesión de la zona en 1815 y renombrarían el fuerte como Torre de Maximiliano. Hoy solo quedan los restos de esta construcción militar. 

Dubrovnik desde Fort Royal

Bañarse en el Mar Muerto

Y sin viajar hasta Israel. En la isla hay un pequeño lago donde podemos bañarnos en un agua más salada que la del mar. Eso sí, hacen falta cangrejeras, ya que el suelo es todo de rocas. Una buena parada para refrescarnos y descansar a la sombra del habitual calor de la isla.

Mar Muerto

Conseguir la foto más bonita de la isla

Al sur del Mar Muerto encontramos una ventana al Adriático formada por rocas. Además, el agua que se acumula antes de la abertura nos deja ver el reflejo de la ventana, una simetría perfecta para la foto.

Recorrer el Jardín Botánico

Gracias al especial clima de la isla es posible la conservación de más de 500 especies de plantas y árboles de los cinco continentes, aunque la vegetación mediterránea es la que predomina (no os perdáis el enorme olivar). Este jardín, fundado en 1959, continúa la tradición horticultora de los monjes benedictinos que habitaron la isla.

Y disfrutar de la fauna local

Ya que en la isla hay gran cantidad de conejos y pavos reales. Lo de los conejos es algo más normal en una isla mediterránea. Son muy dóciles y es posible que se acerquen a vosotros para que les deis algo de comer. Pero los pavos reales son algo más extraño… ¿De dónde salen? Pues del capricho del archiduque Maximiliano que los hizo traer de las Islas Canarias y se convirtieron en los verdaderos amos de la isla.

Fauna de Lokrum

Conocer la historia de los monjes benedictinos en la isla

Lokrum estuvo deshabitada hasta el 1023, año en que la orden benedictina se estableció aquí y construyó un monasterio en el centro de la isla. Aquí, además de sus actividades religiosas, desarrollaron una importante labor de horticultura. A principios del siglo XIX los franceses expulsaron a la orden de la isla. Estos lanzaron una maldición por la que la muerte alcanzaría a cualquiera que durmiese en la isla a partir de aquel día. Hoy todavía podemos visitar los restos de su monasterio románico (en los sótanos había una exposición interactiva sobre la orden y las cruzadas que nos pareció muy interesante).

Entrada a la exposición de las cruzadas

Sentarse en el Trono de Hierro

Los fans de Juego de Tronos tenemos otro motivo para visitar la isla: aquí se rodaron algunas de las escenas que representan la ciudad de Qarth. Además hay una pequeñas exposición sobre la serie y una réplica del Trono de Hierro donde sacarnos una foto (gratis).

Dolce far niente en Lokrum

En la isla hay varias tumbonas que se pueden alquilar y suelen tener un chiringuito cerca. Relájate y disfruta del clima de la isla. Lokrum lo merece.

Ver la isla con tranquilidad nos lleva algo más de medio día. Así que si tienes tiempo en tu viaje por los Balcanes ya sabes adónde escaparte. ¡Hasta el próximo viaje!