Visita a Abadía da Cova
Una de las bodegas más conocidas de la Ribeira Sacra es la de Abadía da Cova. La mayor parte de su fama se la deben a sus vinos, evidentemente. Pero lo que hará que no te olvides de ella es su entorno, pues se encuentra frente al Cabo do Mundo, el meandro más fotogénico de Galicia. Alicientes que justifican la visita, así que… ¿Empezamos?
Cómo llegar
La bodega se encuentra en la parroquia de Cova (de ahí su nombre), en O Saviñao. Este es una ayuntamiento que pertenece a la parte de Lugo de la Ribeira Sacra. Llegar a la bodega es relativamente fácil, ya que las indicaciones de maps nos llevan hasta su puerta, donde se encuentra el aparcamiento.
La historia de la bodega
Aunque la bodega se inauguró en 1958, su historia empieza el siglo anterior con el nacimiento de Baldomero Moure en Arxuá, una pequeña aldea de A Cova. Como tantos otros gallego, Baldomero emigró a Cuba, y regresó para casarse. Su esposa, Carmen López, heredó las tierras donde se ubica la bodega, y Baldomero invirtió parte de sus ahorros en comprar otras pequeñas parcelas para cultivarlas con viñedos.
En 1920 comienzan a vender sus primeros vinos y a destilar orujos. Pero sería su hijo, José Moure Pepe de Cuñas, y su esposa, Ana Vázquez, quienes fundaron Adegas Moure en el ya citado 1958. Su gran despegue llegó 5 años después con el caso del metílico.
En la primavera de ese año fallecieron numerosas personas envenenadas por metílico, un alcohol más barato que el etílico y que se usó de manera fraudulenta para la elaboración de aguardientes, licor café, rones y vinagres.
El caso hundió a muchos productores de aguardiente, pero aupó aún más a Adegas Moure, que ya destacaba por la calidad de sus productos. A partir de aquí la bodega sufrió un crecimiento exponencial, con la construcción de la nueva bodega en 2004. Y la tradición familiar sigue, ya que la 4ª generación se encuentra entre los directivos de la compañía.
Visita a Abadía da Cova
Para comprender un vino debemos empezar por conocer la uva, por lo que toda visita a una bodega debería empezar por su viñedo. Además, la niebla vespertina todavía no se ha levantado, por lo que nos deja una imagen bucólica de la ladera y la bodega.
Entre la niebla mañanera emerge la bodega de Abadía da Cova
Comenzamos a caminar entre las viñas y descubrimos hechos curiosos, como ver viñas en emparrado en plena Ribeira Sacra. Este sistema es propio de zonas más húmedas, como Rías Baixas, pero aquí se utilizó en unas pocas viñas.
A medida que avanzamos, vamos conociendo más sobre el mundo de la enología. Como la plaga de filoxera, que asoló Europa, y la ingeniosa solución que encontraron para combatirla.
La filoxera es un insecto que ataca y mata las viñas. Se descubrió que en Europa solo afectaba a la raíz de la planta, a diferencia de las viñas americanas, que veían afectada su parte aérea. Así que la solución parecía evidente, combinar la parte resistente de cada vid. Se plantaron vides americanas y se les aplicaron injertos con variedades autóctonas.
El último descubrimiento fue una peculiar construcción. Os dejamos la imagen para que penséis que puede ser, y más abajo os lo desvelamos.
Pues esta pequeña obra se trata, ni más ni menos, que de un hotel para insectos. Muchos insectos, como las mariquitas y las crisopas, actúan como plaguicidas naturales, ya que se alimentan de pulgones, ácaros, cochinillas y otros enemigos de las viñas. Con esto conseguimos reducir (o directamente eliminar) el uso de pesticidas, siempre buscando un cultivo más sostenible.
Terminada la visita a la viña, pasamos a la bodega, donde nos muestran todo el proceso para la elaboración del vino. La nueva bodega cuenta con 3 plantas de altura. Así pueden aprovechar la gravedad para distintos procesos.
Por la primera planta es por donde entra la uva. Pasa por la despalilladora y, la uva que se utiliza para vino blanco, pasa a la siguiente planta para la prensa. Por último, todo el mosto baja hasta la última planta para los depósitos, tanto de madera como de acero.
La antigua bodega, conectada subterráneamente con la nueva, se destina a la crianza de los tintos.
O Faiado da Abadía
La siguiente parte de la visita, la cata, se realiza en O Faiado da Abadía, un wine bar bar de viños que abrió hace un par de años. Desde aquí podemos disfrutar de los vinos de Adegas Moure y de las vistas del Cabo Mundo.
En la cata se prueban tres de los vinos de la bodega, normalmente un blanco, un rosado y un tinto. Mientras los probamos, nos explican cómo elaboran cada uno de ellos y nos ayudan a distinguir los olores y los sabores que guarda cada copa.
Y hasta aquí el recorrido por Abadía da Cova. La bodega cuenta con otro tipo de visitas que se pueden consultar en su web. También podemos aprovechar para comprar alguno de sus vinos en la tienda de la bodega.
