Ruta del Río Tambre
Existen ríos que, ya sea por su belleza o por su simbología, tienen una especial importancia más allá de su distancia o su caudal. El Tambre es uno de ellos. Nace en la laguna de Sobrado, a los pies del Monasterio de Sobrado dos Monxes, cruza por Santiago de Compostela y muere en la Ría da Estrela. Durante su curso hay dos puentes que destacan por su belleza: el de Ponte Maceira (que bien merece una visita y que fue declarado como uno de Los Pueblos Más Bonitos de España), y el de Ponte Nafonso, desde donde empezamos una jornada de senderismo con la Ruta del Río Tambre.
Cómo llegar
La ruta parte desde la Capela da Nosa Señora da Ponte. Para llegar desde Santiago de Compostela debemos tomar la AG-56 y seguir las indicaciones de dirección a Noia. Antes de llegar, en una gran rotonda, veremos un cartel que nos indica la salida hacia Ponte Nafonso. Frente a la capilla hay aparcamiento para dejar el coche.
Ruta del río Tambre
El inicio de la etapa no puede ser más espectacular. Partimos desde Ponte Nafonso, el puente que salva el final del río Tambre para unir los concellos de Outes y Noia. Hay varias versiones para su origen: algunas cuentan que Alfonso II el Casto mandó construir en el lugar un puente de madera que sería sustituido por el actual puente de piedra en el siglo XIV. Otras otorgan su autoría a Alfonso IX en el siglo XII… Lo que parece claro es el puente tomó el nombre de un monarca llamado Alfonso. Además existe una leyenda que nos habla de una apuesta entre dos hermanos sobre su construcción… pero os la contaremos al final de la ruta.
Ponte Nafonso
La ruta propiamente dicha comienza al cruzar el puente. Empezamos a caminar atravesando las casas unos 500 metros hasta que el camino se bifurca. Seguimos por la izquierda (por la derecha será por donde regresemos) y andamos 1 kilómetro hasta que llegamos al Ponte dos Arados, por el que cruzamos el río Donas.
Comenzamos a subir el Monte Castelo, que tiene una altura máxima de 442 metros. La subida a lo alto del monte es suave (toda la ruta resulta muy sencilla). La niebla se va levantando, lo que nos deja imágenes de postal.
Nos adentramos en un bosque y, poco antes de llegar, nos adelantan unos jinetes que pasan el domingo montando a caballo.
Sobre el kilómetro 7 llegamos a la cima del Monte Castelo. Aquí encontramos un panel informativo con una panorámica de las vistas, la desembocadura del Tambre y la ría de Muros y Noia. Realizamos una parada para picotear algo y continuamos la Ruta del Río Tambre.
Vistas desde el Monte Castelo
Muy cerca de la cumbre se encuentra la Pedra Serpal. Esta es una gran mole de granito famosa entre los escaladores de la zona. Por lo que hemos leído hay varias vías equipadas. Para los que no nos atrevemos a tanto nos queda disfrutar de las vistas.
Pedra Serpal
Comenzamos ahora 4 kilómetros de descenso hasta que tomamos un desvío a la izquierda hacia la Central Hidroeléctrica del Tambre. Antes de llegar a la central debemos cruzar el río por un puente colgante.
Puente Colgante
Nada más cruzar el puente nos encontramos con una Catedral Industrial, obra del arquitecto Antonio Palacios. Su exterior modernista nos confunde, pero no se trata de un templo religioso, sino de una central hidroeléctrica a pleno rendimiento. Toda una joya arquitectónica incluida en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial.
Además de la central, el arquitecto diseñó varias viviendas para los trabajadores que ahora se han rehabilitado y convertido en el Hotel Pesquería del Tambre. La Central Hidroeléctrica del Tambre no es la única obra destacable de este arquitecto gallego, sino que también diseñó el Templo de la Veracruz de Porriño, el Palacio de Correos (ahora ocupado por el ayuntamiento) y el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Estación Hidroeléctrica del Tambre
Volvemos a cruzar el puente y retomamos el camino principal. Solo nos quedan 4 kilómetros para finalizar la etapa, pero todavía nos quedan un par de sorpresas que descubrir.
La primera de ellas es el Pazo de Tambre, una impresionante construcción de finales del siglo XIX. Ahora solo funciona para eventos, por lo que no pudimos acceder al interior, solo ver el camino de entrada al recinto. En su web descubrimos lo majestuoso del edificio, sus jardines y su lago (si os casáis aquí ya sabéis a quien invitar).
Camino de entrada al Pazo de Tambre
La última parada de la ruta la hacemos en la Iglesia de San Tirso de Cando. Este templo se construyó en 1744 sobre otro anterior que, tanto por su estado como por su tamaño, convenía demoler.
Iglesia de San Tirso de Cando
Ahora sí, ya solo nos queda regresar al punto de inicio de la ruta. De camino volvemos a ver el Ponte Nafonso, lo que nos recuerda que os debemos una leyenda. ¿Sabéis cómo se llamaba el supuesto arquitecto de la obra? Efectivamente, Alfonso. Este se encargaba de la construcción de Ponte Nafonso mientras su hermano lo hacía de la Iglesia del Monasterio de Toxoutos (que visitamos en nuestra Ruta por las Fábricas de Papel de Lousame). Los hermanos prometieron no ver la obra del otro hasta que ambas estuviesen finalizadas, pero Alfonso no aguantó la curiosidad. Fue descubierto y como castigo le retiraron la obra. Una coplilla nos recuerda la historia:
Adeus ti, Ponte Nafonso,
non sei quen te acabará,
trinta anos me levaches,
flor da miña mocedá.
(Adiós tú, Ponten Nafonso, no se quién te acabará, treinta años me llevaste, flor de mi mocedad)
Con estos versos llegamos hasta donde habíamos aparcado el coche y damos por finalizada la etapa. En total han sido 18,19 kilómetros en los que hemos aprendido datos curiosos y disfrutado de impresionantes vistas. ¡Nos vemos en la próxima ruta!
